martes, 28 de octubre de 2008

Y seguimos con lo mismo

El miedo y la libertad parecen ser dos conceptos que a priori y en la mayoría de contextos no parecen tener mucha relación, pero en un contexto puramente político, libertad y miedo son palabras que se relacionan porque una determina de una manera inversamente proporcional el grado en el que se desarrolla la otra, y es que cuanto más miedo hay en una sociedad menos libre es y por lo general menos raciocinio da a las propuestas o resoluciones que las clases gobernantes toman supuestamente en su nombre. Como ejemplo podemos ver recientemente cómo se está alimentando un sentimiento de miedo hacia todo lo que tiene que ver con la pederastia, gracias al vil y cruel asesinato de la pobre niña Mariluz, esto es muy peligroso, porque en esto contexto tan mediatizado, la toma de medidas correctoras racionales que vayan de acuerdo con las ideas propugnadas por los derechos humanos se complica porque una gran masa de personas, por miedo a que les ocurra algo similar están dispuestas a llegar a la adopción de medidas tales como la cadena perpetua, inconstitucional en nuestro marco democrático y en el de la Unión Europea, como dato a tener en cuenta la cadena perpetua que tienen algunos países es una condena con revisiones periódicas de la duración de la misma en función de la manera de actuar del preso. Dejar de lado las pasiones y centrarse en los pensamientos racionales es algo estrictamente necesario para la supervivencia de las libertades que tanta sangre y años han costado a los sucesivos movimientos aparecidos en la historia, cualquier pueblo que quiera cambiar libertad por seguridad está condenado a perder ambas cosas.

Y aquí es vital plantearse, ¿qué entendemos por pensar?... Probablemente supongamos que pensar es lo que coloquialmente y sobre todo en ambientes juveniles se denomina rayarse… Ya de por sí podemos ver asociada a la palabra una fuerte connotación negativa, es decir, si uno se raya se asocia automáticamente que es porque psicológicamente está mal, porque el mismo pensamiento ronda una y otra vez una sesera usualmente neutra acostumbrada a la imperturbabilidad del vacío omnipotente. El pensar se va a acabar, rezan algunos, cada vez parece ser que más, creen que ellos lo han matado, creen que ya son libres que por fin se han desembarazado de ese lastre que los amarra al malestar, ya por fin habitan sus sentimientos, sus emociones, el hedonismo puro y duro, el placer consagrado generalmente con dinero… Pero, pobre de ellos, es el pensar quién les ha matado… ¿El suyo? Ellos no piensan, ¿El de otros? Asesinos de ilusiones… ¿Pensar no vale para nada? Eso es lo que tú crees ¿ó más bien lo que te han hecho creer?...

Que darle vueltas a la cabeza no vale para nada es lo la sociedad, la televisión, los políticos y todo lo que habitas te intentan grabar al rojo vivo en tu cerebro, no es casualidad que pienses en ello en negativo, el interés de las élites que gestionan todo, es ese, forjar tu manera de ver el mundo de manera que pienses de la manera que casualmente más le interesa a ellos… ¿Es malo pensar? Sí, pero no para ti, lo es para todos aquellos que piensan y que saben que un pensamiento habitado en una gran cantidad gente pensante pueden cambiar su mundo… El que no nos gusta y el que a ellos les conviene. No seas parte de la masa.

1 comentario:

dAuCeLáNeA dijo...

Ole, ole y ole...que bien te expresas joío, lo tuyo son las letras y lo mío...las tartas! :p