jueves, 23 de octubre de 2008

Las Cosas que no Son


Decía Karl Marx que la religión es el opio del pueblo, básicamente porque el mensaje eclesiástico defiende que todas las miserias, penurias y agravios que uno ha sufrido en la vida terrenal se verán recompensadas en el reino de los cielos, pero, para que esto suceda uno tiene que ser pobre, según Jesucristo “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre al reino de los cielos”. La religión es opio del pueblo porque hace que la gente infravalore la vida en general, haciéndoles ver que da igual que luchen por mejorar sus condiciones materiales, ya que si lo hacen acabarán en el infierno, todo esto mientras las élites eclesiásticas en conjunto con las élites dominantes manejan exorbitadas cantidades de dinero (Otro tema bastante interesante es que la rama protestante del Cristianismo dice que si uno es rico es porque ha sido elegido por Dios, que me expliquen a mí lo que concuerda este punto con la palabra de Jesús, aunque eso sí, con este dato ciertas palabras de G.Bush parecen tener sentido) y de poder, en su propio beneficio. En conclusión, los de arriba mandan en su propio beneficio y además se buscan las vueltas para que los de abajo no se solivianten.

Marx por su parte era un hombre bastante sabio que supo definir bastante bien los problemas sociales, ideas lanzadas como la del materialismo histórico, el materialismo dialéctico, la superestructura/infraestructura, la alienación, etc… deberían de ser conocidas por todo el mundo, total, que para intentar dar respuesta a toda esta serie problemas, Marx ideó un nuevo modelo social cuya aplicación práctica a lo largo de la historia es lo que es lo que vulgarmente se conoce como comunismo (URSS y sucedáneos), que básicamente en su primer paso suponía lo que se conoce como “Dictadura del Proletariado” en el que todos los obreros se hacen con el poder, todas las empresas pasan a ser propiedad del estado y este se encarga de redistribuir la riqueza hasta llegar a una segunda fase en el que el estado es abolido y todo el mundo obtiene las cosas en función de sus necesidades. Total, al final los movimientos acaban apareciendo porque las pretensiones de Marx explicadas así son una idea cojonuda, pero, lo que nadie podía pensar es que el Marxismo práctico también acabaría por convertirse en el opio del pueblo, prometiéndole a los obreros el fin de sus penurias (al igual que el cristianismo) mientras superdesarrollaba la maquinaria burocrática estatal (que supuestamente acabaría eliminando) hasta niveles jamás conocidos, montando además una serie de aparatos represivos extremadamente crueles y despiadados que sirvieron a los dirigentes para purgar a todos los que no pensaban como ellos, y curiosamente al igual que el cristianismo los dirigentes de la URSS tenían una enorme cantidad de privilegios, además de estar montados en el dólar. En conclusión, los de arriba mandan en su propio beneficio y además se buscan las vueltas para que los de abajo no se solivianten.

Y ahora hagamos una cosa… Metámonos en la piel de lo que viene a ser un cristiano ó comunista raso... Seguro que ambos están tremendamente convencidos de la bondad así como la necesidad de sus líderes, en un primer caso porque es él el único que nos garantizará la entrada en el reino de los cielos, en el segundo porque es el único que puede salvar nuestro modo de vida, ya que lo poco que tenemos lo tenemos gracias a él. ¿Qué aspecto es el común en ambos casos?

Tanto para el comunista raso como para el cristiano sus líderes son necesarios porque son los que le cubren sus principales necesidades, necesidades que han sido creadas por esos mismos líderes… ¿Son cosas necesarias de verdad? Los de abajo seguro que piensan que esa es la mejor de las realidades posibles…

¿Puede extrapolarse esto a nuestra realidad? Es cosa vuestra… Aquí la cosa esta mejor planteada, creemos en nuestros líderes con el matiz de que aquí existen partidos políticos y la gente que sigue a un partido político X se mata viva con la gente que sigue a un partido político Y, cuando ya no vale lo quitamos le buscamos un recambio que haga lo mismo y vuelta a empezar, hay libertad hasta que se toca el dinero entonces entramos dentro de lo supuestamente políticamente correcto y lo necesariamente suprimible por el bien particular disfrazado de bien común, pero, ¿Quién establece las bases de lo políticamente correcto?… Para variar los que mandan... En definitiva… Mientras los de arriba mandan en su propio beneficio, se buscan las vueltas para que los de abajo no se solivianten.

Pos va a ser que no hay tanta diferencia entre una cosa u otra oiga…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando Marx pidió la colaboración de Proudhon este dijo que no quería formar parte de su nueva religión, lo que a Marx le jodió bastante y le fué suficiente para escribir Miseria de la Folosofía contra él... XDD Si Proudhon resucitara hoy se partiría el culo al ver lo extremadamente ciertas que fueron sus palabras.