Puedo ser un optimista, puedo ser un optimista pensar ke soy libre y feliz. Puedo ser un optimista y pensar ke todo es rosa sólo hasta ver tu cara askerosa. Puedo gozar un buen rato urgándome en la nariz, soñar despierto, no mirar atrás, puedo gozar un buen rato urgándome en la nariz, sólo hasta verte marchate de akí.
Cuando te veo, siempre deseo ke no sea verdad, arde mi sangre y de mi mente no puedo borrar, tu cara de zerdo, no puedo olvidar, a ver si puede ser ke te largues de akí, porke si no, no podré evitar, porke si no, no podre evitar el vomitar en tu puta cara voy a vomitar.
Siempre hay alguien ke te amarga la existencia.
Puedo cerrarme los ojos (bis) imaginar mi muerte fríamente, puedo cerrarme los ojos y no acordarme de ti, encontrarme solo y sin embargo reir.
Puedo salir zapateando lárgamente sin avisar y erutar, no me voy a diskulpar puedo hundirme en el fango, entre mierda disfrutar, pero tú no te me acerques, voy a vomitar, hasta mi mandibula desencajar en tu puta cara voy a vomitar.
Cuando te veo, siempre deseo ke no sea verdad, arde mi sangre y de mi mente no puedo borrar, tu cara de zerdo, no puedo olvidar, a ver si puede ser ke te largues de akí, porke si no, no podré evitar, porke si no, no podre evitar el vomitar en tu puta cara voy a vomitar.
¡En tu puta cara voy a vomitar!! ¡En tu puta cara voy a vomitar! ké más da total tengo más.
“Doblepensar significa el poder, la facultad de sostener dos opiniones contradictorias simultáneamente, dos creencias contrarias albergadas a la vez en la mente. El intelectual del Partido sabe en qué dirección han de ser alterados sus recuerdos; por tanto, sabe que está trucando la realidad; pero al mismo tiempo se satisface a sí mismo por medio del ejercicio del doblepensar en el sentido de que la realidad no queda violada. Este proceso ha de ser consciente, pues, si no, no se verificaría con la suficiente precisión, pero también tiene que ser inconsciente para que no deje un sentimiento de falsedad y, por tanto, de culpabilidad. El doblepensar está arraigado en el corazón mismo del Ingsoc, ya que el acto esencial del Partido es el empleo del engaño consciente, conservando a la vez la firmeza de propósito que caracteriza a la auténtica honradez. Decir mentiras a la vez que se cree sinceramente en ellas, olvidar todo hecho que no convenga recordar, y luego, cuando vuelva a ser necesario, sacarlo del olvido sólo por el tiempo que convenga, negar la existencia de la realidad objetiva sin dejar ni por un momento de saber que existe esa realidad que se niega... todo esto es indispensable. Incluso para usar la palabra doblepensar es preciso emplear el doblepensar. Porque para usar la palabra se admite que se están haciendo trampas con la realidad. Mediante un nuevo acto de doblepensar se borra este conocimiento; y así indefinidamente, manteniéndose la mentira siempre unos pasos delante de la verdad. En definitiva, gracias al doblepensar ha sido capaz el Partido —y seguirá siéndolo durante miles de años— de parar el curso de la Historia.”