jueves, 14 de enero de 2010

"Yo estaré en todas partes"



Hace unos días casi por casualidad vi un pequeño documental de no más de quince minutos que trataba la vida del cineasta John Ford. Por otra parte hacía ya algún tiempo que tenía por ahí la película “Las Uvas de la Ira” de este director, así que se mezclaron el hambre de comprobar aquello que decía el documental con las ganas de comer buen cine e hicieron surgir el momento ideal para ver la cinta.

“Las Uvas de la Ira” es una de las mejores películas que he visto, sin ningún tipo de duda. Se rodó en 1940, en blanco y negro, y pese a todo el tiempo que lleva en nuestro mundo es una película que cala hondo debido a la excepcional humanidad que desborda desde que la empiezas hasta que la terminas y sobretodo a la atemporalidad de su historia que desgraciadamente está presente hoy día tanto o más que hace 70 años.

La película está enmarcada en la gran depresión y narra la historia de la familia de Tom Joad (Henry Fonda), que privada de su tierra por las grandes corporaciones se verá obligada a cruzar los Estados Unidos en busca de un trabajo con el que sacar adelante a los suyos y labrarse un futuro que se les escapa. ¿Suena esta historia?. A partir de aquí se suceden diversas reflexiones sobre la tierra, la familia, el sacrificio, la bondad, la empatía, los derechos de los trabajadores, la explotación y el compromiso, magistralmente dibujados por unos actores que bordan sus papeles, una fotografía espectacular y una serie de escenas que creo son de lo mejorcito de la historia, no creo que pueda olvidar nunca lo que le pasa al reverendo, al abuelo de Tom Joad, esa escena del pan y los caramelos, los niños pidiendo comida en el campamento, el discurso del final y sobretodo esa vieja camioneta que podría llamarse voluntad.

Hace ya algún tiempo que escuché una canción de los Rage Against the Machine titulada “The Ghost of Tom Joad”, esta era una versión de la canción original compuesta por Bruce Springsteen. El “Boss” se inspiró en esta película para hacer el disco. Gracias a la película la canción adquiere su significado completo, al verla conoces a Tom Joad y empiezas distinguir a su fantasma, que siempre ha estado ahí, y en definitiva te recuerda que "sólo eres un pedacito de alma de un alma inmensa que no vale nada a no ser que se encuentre junto al resto". Ojalá algún día desaparezca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El que me compré el otro día de Gamoneda es la polla, el de García Montero no tanto porque es en plan romanticón, Jorge Riechmann me mola mucho, Alejandra Pizarnik también, Baudelaire es Dios y y y yo tengo una antología de poesía española muy apañada